VOCES Y RITMOS DEL CARIBE

Un homenaje sencillo a través de la maravilla de Internet a los grandes hacedores de la buena música del caribe...Espíritu, esencia y abolengo musical de nuestros pueblos.

domingo, 29 de agosto de 2021

Harlow, el genio de la Salsa que al principio no comprendía la clave

Debo reconocer que la memoria me puede fallar y traicionar en este momento, por ello no me atrevo a asegurar cuándo fue la primera vez que escuché a la Orquesta Harlow. Esto surge por el hecho de que el boom de la llamada Salsa comercial, los mejores trabajos discográficos de Larry y la edad de quien esto escribe son esencialmente contemporáneos; con esto quiero decir que yo era apenas un bebé cuando estos señores ya revolucionaban el mundo de la música. Quizás fue en el vientre de mi madre cuando percibí los primeros acordes y melodías de una de las mejores orquestas que ha conocido el ritmo Caribe, la orquesta del Judío Maravilloso, Larry Harlow.

Lawrence Ira Kahn nació en Brooklyn, en 1939, un 20 de marzo. Allí descubrió el barrio latino, allí chocaron las culturas, ha de haber sido un cortocircuito interesante entre los avatares de inmigrantes de varias regiones del mundo confinadas y amalgamadas en la Gran Manzana, en esos llamados barrios latinos donde un joven Larry fue descubriendo los sonidos que se le hacían novedosos en su cerebro, pero que no lograba descifrar en su justo valor, porque él sencillamente no era latino, no era caribeño, no era africano, era judío; pero lo más importante de todas estas cosas, es que nació para ser músico (y de los grandes) y la música es un lenguaje universal.

Él junto a su familia, formaban parte de una de las tantas familias judías que llegaron a América tras la Primera Guerra Mundial, como traído por el destino Lawrence nació justo el año en el cual se iniciaba la Segunda (1939). Era hijo de músicos, su madre era cantante de ópera y su padre Buddy Harlow era contrabajista. Sabía que su hijo también sería músico y lo iniciaron desde muy pequeño en este arte, al igual que a su otro hermano Andy, flautista y también a la larga famoso, pero no tanto como Larry.

Cuenta el propio Harlow que cuando caminaba por las calles de Brooklyn siempre se detenía a escuchar los sonidos interesantes que salían de las tiendas, comercios y casas con la música de Machito y los Afrocubans, de Tito Puente, de Noro Morales y por supuesto del gran Arsenio Rodríguez, a la larga su verdadera fuente de inspiración. Pero Larry reconoce que no podía medir esta exótica música que invadía la vida de los barrios latinos de Nueva York, por eso se interesó integramente en estudiar la clave, ese elemento que hace que la música del Caribe sea única en el mundo.

Tanta fue su veneración hacia la música caribeña que entre los años 1957 y 1958 viajó a Cuba, casualmente antes de que iniciara la Revolución castrista; una vez en la Gran Antilla con apenas 19 años de edad estudió mucho más a fondo esa esencia que llevamos en la sangre los caribeños: la clave. Las Estrellas de Areíto, la Aragón, Cuní y Chapotín y una vez más Arsenio, fueron su fuente inagotable de sonidos. Él mismo reconoce que una vez dominada la clave ya pudo emprender su propia música.

Con Monguito y una excelente pero efímera cantante de nombre Vicky, Harlow inicia ese camino en el álbum Bajándote (1967). Previo en 1965 había grabado Heavy Smokin' con ritmos tan variados como la mayoría de las bandas de esa época, como el cha-cha-chá, son, guaguancó, bolero, son montuno y hasta guarachas. Ya el sello Fania se hacía de sus servicios, Pacheco andaba reclutando líderes de orquestas para lo que sería el mayor proyecto musical que ha conocido el Caribe y Nueva York en los últimos 50 años, la Fania All Stars.

Allí se inicia la leyenda en una orquesta donde soneros y talentos como Ismael Miranda, Junior González, Néstor Sánchez se lucieron en plan de solistas. Álbumes extraordinarios como la ópera Hommy (1973) donde las voces de Celia Cruz, Cheo Feliciano y Justo Betancourt hacen de las suyas; otras obras maestras como Tributo a Arsenio (1971) donde Marcelino Guerra, Justo y Yayo el Indio hacen uno de los mejores triunviratos corísticos de la historia.

Llegando a este punto debo reconocer que el álbum de la Orquesta Harlow que mayor impacto ha tenido en mis gustos hacia esta música es La Raza Latina - A Salsa Suite (1977) donde un joven Rubén Blades participa en casi todos los temas, acompañando al polifacético conguero y cantante Frankie Rodríguez y al ya fallecido Albino Divino, Néstor Sánchez.

Todas estas producciones que menciono fueron grabadas en la década de los años 70, la más prolífica que ha conocido la historia de la Salsa y es precisamente allí a donde quería llegar, a la palabra Salsa. Es en el álbum Salsa de 1974 donde se termina de consolidar este compendio de géneros caribeños, la palabra salsa había invadido el mundo y Harlow con una imponente carátula donde al estilo de un Mozart o un Beethoven ejecuta el piano con una frondosa cabellera revolucionan las salas de baile con nuevas versiones explosivas de clásicos cubanos como La Cartera y El paso de Encarnación, temas donde Junior González se hace respetar.

Son muchos los temas de Harlow que marcaron historia, una historia que ya había sido definida por Arsenio, Chapotín, Bauzá, los Titos, pero que con el auge de Fania All Stars se terminó de consolidar como una de los tres grandes movimientos musicales de todos los tiempos. La Salsa, el Rock y el Jazz son lo más grande a nivel musical que ha dado el mundo después de las tendencias clásicas inmortales. Por eso no es descabellado comparar sin ánimo de ofender a los conservadores y ortodoxos, a Mozart, Bach, Beethoven con Queen o The Beatles; a Louis Amstrong y Winton Marsalis con Mario Bauzá, Tito Puente, Cortijo y Harlow. Mi lista comparativa se queda corta, pero con toda la intención de que usted amigo lector, la dimensione y abra su mente, tomando en consideración que la música es un espacio infinito.

Donde vas Chichí, Abran paso, señor Sereno, Arsenio, La Cartera, No hay amigos, Suéltala, El jardinero del Amor, Salsa Suite, La Raza Latina, El paso de Encarnación, Suena la Quijá, El Miri Mirón, Mayarí, Gracia Divina, Guasasa, Jóvenes del muelle, Guarachita y muchas más son herencia de lujo para nuestra cultura latinoamericana, son referencia para cualquier melómano, son materia de estudio y por supuesto, son un legado inmortal a la música.

Harlow y su espontánea sonrisa y buen humor nos dejaron el pasado 20 de agosto, apenas 6 días antes de que se cumplieran 50 años del concierto del Cheetah en 1971, el día que según cuenta la historia nació la Salsa en forma masiva y comercial.

Texto e investigación: Héctor Henríquez. @hectorhvox


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