Eddie Palmieri:
Vivimos una tragedia ritmática
Publicado por Raúl Cazal en Agencia Venezolana de Noticias el 29 de mayo de 2012.
Caracas, 29 May. AVN.- Azúcar fue lo que trajo Eddie Palmieri, el primer
latino en recibir un Grammy (en 1975, por su discoSun of latin Music),
para festejar en Venezuela sus 75 años de vida, aunque prefiere decir que son
25, como le enseñó el trompetista cubano Alfredo “Chocolate” Armenteros:
después de los 50 años, afirmaba, hay que quitarse uno por año cumplido.
El primer encuentro de su orquesta La Perfecta con el bailador caraqueño,
fue para recibir el Momo de Oro en 1967. Esta vez se presentó en la plaza Diego
Ibarra para celebrar los 5 años de nacionalización de Cantv y sus 55 años de
vida musical, o más bien como profesional, ya que desde los 8 años de edad, por
insistencia de su madre, comenzó a instruirse en el piano.
Sus discos han sido celebrados por melómanos y es recordado por la
introducción del trombón, con un sonido sin concesiones, que cambió de manera
revolucionaria la música afrocubana de la mano de Barry Roger, a quien nombra
siempre con admiración y respeto, al igual que a todos los músicos que lo
acompañaron, así como aquellos que fueron parte de la génesis y auge de ese
gran ritmo para el bailador: la música afrocubana, que en términos comerciales
ha sido difundio con el nombre de salsa.
A finales de los años 60 del siglo XX, Palmieri estudiaba ciencias
políticas y en una ocasión le preguntó al periodista venezolano Francisco Luna:
“¿Quién será la hija de la Justicia?”. Y él le dijo: “La Libertad, lógico”. “Y
de ahí viene el tema (incluido en el disco Vámonos pa’l monte, que
apareció en 1971). Por eso a Venezuela la tengo siempre presente”, dice quien
fuera el defensor de la música de África y de Cuba ya en los tiempos en que en
“el país de la nieve” recrudecía la segregación racial y el anticomunismo era
moneda corriente, lo que le costó más de una marginación de sus producciones
musicales.
La Perfecta II, con el sonido de la original de los años sesenta y Palmieri
al frente del piano, hizo que los bailadores no desperdiciaran una sola de las
piezas, desde la primera entrada de los trombones de Conrad Herwing y José
Dávila, con el ritmo de guaracha de “Ajiaco caliente”, para dar paso a la voz
del sonero Hermán Olivera, acompañado de Nelson González, con el tres cubano;
Karen Joseph, en la flauta; “El Pequeño Johnny” Rivero, legendario de la Sonora
Ponceña, en la tumbadora; José Clausell, en el timbal, y Luques Curtis,
contrabajo. No podía faltar en la trompeta Brian Lynch, con quien grabó Simpático,
en 2007, por el que obtuvo su último Grammy, por ahora, y fue reconocido como
Mejor Álbum de Jazz Latino por la Asociación de Periodistas del Jazz.
Después de recibir su primer Grammy en 1975, Palmieri reincide al año
siguiente con Unfinished Masterpiece y luego conPalo Pa’
Rumba, en 1984; Solito, en 1985, y La Verdad/The Truth,
en 1987. Recibió un Latin Grammy y un Grammy tradicional, junto con Tito
Puente, por Obra Maestra/Masterpiece, en 2000, y otro por Listen
Here!, en 2006. En total se ha llevado 9 Grammy, tiene en su haber unas 200
composiciones y 36 álbumes musicales.
“Está caliente el ajiaco, la yuca quema la boca”, del álbum Mozambique (1965),
dio pie a la rumba en la Plaza Diego Ibarra, que continuó con “Tirándote
flores”, de Molasses (1967) y “Muñeca”, grabada inicialmente
en Lo que traigo es sabroso(1964) y luego recogida en vivo, desde
la cárcel neoyorkina de Sing Sing (1972) y en la Universidad de Puerto Rico
(1975). “Las buenas noches… con La Perfecta”, dice el coro del chachachá
“Lázaro y su micrófono”, de El Molestoso (1963), en el que se
mostró el virtuosismo de la flauta mientras apretaban desde el fondo de la
tarima los trombones y la trompeta.
Para que no quede duda de que “se está perdiendo el concepto de las cosas”,
sonó “Sujétate la lengua”, de su discoMozambique, para luego retomar con
la pachanga de su primer álbum (Eddie Palmieri and his conjunto La
Perfecta,1961), “Ritmo caliente”. “El Molestoso” y “Azúcar”, de Azúcar
pa’ ti (1965) fueron las piezas finales de un concierto de más de dos
horas y media, pero como era de esperar, el público quería más de Palmieri y La
Perfecta II, y los músicos regresaron al escenario para cerrar con el guaguancó
“Óyelo que te conviene”, también de Azúcar pa’ ti.