¡A papá y a la madre que
nos parió…!! Así saludaba el coro del Grupo Folclórico y Experimental
Nuevayorkino este guaguancó interpretado por Genaro “Geni” Álvarez en el primer
lustro de los años 70´s. Esta pieza contiene uno de los solos de timbales más
recordados de la historia de la Salsa, es Manny Oquendo, nacido en Nueva York
en el año 1931.
José Manuel Oquendo
comenzó sus estudios de percusión a los 14 años y como todo genio de la ejecución
hizo pasantías con importantes orquestas de la época; trabajó con las bandas de Luis del Campo,
Jose Budet, Juanito Sanabria, Marcelino Guerra y Pupi Campos antes de unirse en
1950 a la banda de Tito Puente como bongosero. Estuvo cuatro años con el Rey
del Timbal y, luego de tocar con Tito Rodríguez y Vicentico Valdés, trabajó
seis años como músico de sesión, grabando para las mejores bandas de New York.
A Oquendo se le recuerda
en sus ejecuciones con el afamado Grupo o Conjunto Libre de Nueva York, donde
ejecutó a la vez que dirigió junto con Jerry González una de las bandas más
solventes del ambiente, era bongosero a la vez que timbalero en la banda. Una
vez iniciado un montuno Oquendo tomaba el timbal y llevando la campana cual si
fuera un metrónomo, mantenía el impecable ritmo de Libre, fuera en tiempo de
guaguancó, son o charangueando.
LIBRE:
APÉNDICE DEL FOLCLÓRICO
Libre cultivó el género
tradicional como una especie de apéndice de lo que venían haciendo desde 1974
los muchachos del Folclórico, Geni Álvarez, Andy y Jerry González, Barry
Rodgers, Virgilio Martí, Milton Cardona, entre tantos otros que se plantaron
ante el monopolio de Fania Récords y crearon dos de los álbumes más importantes
en la historia del boom de la Salsa: Conceptos en Unidad y Lo dice Todo,
publicados entre 1974 y 1976.
Esa sonoridad del
Folclórico se trasladó al Libre, pero con una conformación musical más reducida
y con mucha potencia de trombones y flauta que le dieron al Conjunto Libre un estilo
muy parecido a la Perfecta de Eddie Palmieri allá a principios de los años 60´s,
cuando precisamente Oquendo participaba en las grabaciones y era prácticamente
el mentor del maestro Palmieri, al cual le sugería parte del repertorio y el
estilo con el cual debían grabar cada una de las piezas de los primarios discos
de la Perfecta.
Durante los años 50 y 60,
Oquendo compartió tarima en Nueva York con figuras de la talla de Tito Puente y
Johnny Pacheco. En 1954 se unió a la orquesta de Tito Rodríguez. Su prestigio
dentro de la escena de la música tropical en la Gran Manzana, lo llevó a
trasladarse a Cuba en 1956 para realizar grabaciones discográficas y
presentaciones artísticas.
LARGA
ESTADÍA EN MUCHAS BANDAS
De vuelta a Nueva York se
integró a la orquesta de Vicentico Valdés. Para los años 60 formó parte de la
orquesta de Eddie Palmieri. En 1974 inicia su carrera al frente de su Conjunto
Libre, logrando importantes éxitos como Little Sunflower, Goza la vida y viejos
temas cubanos como Qué humanidad y Llora Timbero el clásico guaguancó de
Arsenio Rodríguez; los álbumes de Libre en esta época dejan trabajos de suma
calidad interpretativa y ejecutoria con músicos y soneros que en poco tiempo se
convertirían en referentes de importantes orquestas como Óscar Hernández
(piano), Dave Valentin (flauta), Jimmy Bosh (trombón) y los soneros Hermán
Olivera, Frankie Vásquez, Tony Pupy Torres, entre muchos más.
Pero el trabajo de
Oquendo es tan variado en el tiempo que se mantuvo activo bien entrado el siglo
21, sus participaciones van desde orquestas como la de Noro Morales, pasando
por Chico O´Farril, Mon Rivera, Tito
Rodríguez, sin olvidar las faenas con Joe Cuba, Vicentico y Miguelito Valdés,
Charlie y Eddie Palmieri, Tito Puente, Israel “Cachao” López y hasta Quincy
Jones.
El gran aporte de Manny
Oquendo (en muy pocas ocasiones reconocido) es a razones ciertas el haber
sabido fusionar junto a estos músicos del Grupo Libre, las sonoridades
tradicionales de los viejos ritmos cubanos con el apoyo armónico del jazz y la
clara influencia que brindó la plataforma del Grupo Folclórico y Experimental.
Manny Oquendo de despidió
de las pailas, al menos en plano terrenal, en marzo del año 2009, el vacío de
la fuerza de ejecución de este músico en los timbales y en el bongó, la
personalidad y protagonismo que le dio a ambos instrumentos, sin la estridencia
y la teatralidad de otros ejecutantes, hacen de Oquendo a razón de gustos, el
timbalero con más peso en la historia de la Salsa.
Texto: Héctor Henríquez
@hhenriquez71
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