Con 23 premios Grammy en su carrera el músico estadounidense deja un amplio legado de fusión y virtuosismo en el mundo del jazz.
Armando Anthony Corea nació el 12 de junio de 1941 en Chelsea, una localidad cerca a Boston, Massachusetts. Este miércoles se despidió del ámbito terrenal tras no poder ganarle la batalla al cáncer, tenía 79 años.
Desde muy joven como la mayoría de los grandes músicos, se dedicó a interactuar y forjarse un futuro como ejecutante del piano, compartiendo con maestros del jazz como Miles Davis, Mongo Santamaría, Dizzy Gillespie y Kenny Garrett, sólo por nombrar algunos. Ese interés de estar con los grandes lo acopló con sus estudios en las reconocidas academias Juilliard y Columbia.
Pero más pronto que tarde, se curtió como músico profesional ejecutando el teclado eléctrico, instrumento del cual fue pionero e innovador. Además, es considerado como uno de los más grandes compositores e intérpretes del jazz moderno, maestro del jazz fusión e incluso, uno de los que más aportó al desarrollo del latin jazz y sus influencias en los músicos de las últimas tres décadas.
Corea no sólo ganó 23 premios Grammy durante su carrera, sino que fue nominado 67 veces. Este 9 de febrero dejó de existir en la Bahía de Tampa en Estados Unidos. Su música a través de siete décadas de prolífica carrera es considerada como aguerrida y vanguardista, pasando por las fusiones del jazz clásico al moderno, entablando una comunión entre lo caribeño y lo flamenco, jazz- rock y jazz fusión. Todo un enciclopédico compendio de genialidad referencial para las nuevas generaciones de artistas.
Con estas palabras el virtuoso pianista fue despidiéndose de su público a través de las redes sociales: “Quiero agradecer a todos aquellos que a lo largo de mi carrera me han ayudado a mantener brillando el fuego de la música”.
Texto: Héctor Henríquez.
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