VOCES Y RITMOS DEL CARIBE

Un homenaje sencillo a través de la maravilla de Internet a los grandes hacedores de la buena música del caribe...Espíritu, esencia y abolengo musical de nuestros pueblos.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Bogaloo, género de transición


Cada noche era un nuevo festejo en el Palladium, la mítica sala de baile donde confluían judíos, latinos, migrantes, gringos, músicos, productores y bailarines. En los años 60 el genial Tito Rodríguez hizo bailar a miles con su rítmica agrupación de pachangas en esta sala ubicada en la ciudad de Nueva York, exactamente en Broadway con la calle 53. Para finales de los años 40, el Palladium entró en un período de decadencia, pero a finales de los 50 y gran parte de los 60 se convirtió en el emblema de la fiesta caribeña y nuestra cultura en la Gran Manzana.
Tito Rodríguez y su Orquesta.

En 1947 invadió Nueva York una banda de músicos encabezados por Mario Bauza y Machito, Frank Grillo de Ayala, bautizada como los Afrocubans, la cual hacía bailar a todos con su particular estilo de big band. Hasta mil parejas confluían en la pista del Palladium, ya no bailaban foxtrot ni swing, ahora hacían siluetas en la pista a través de la rumba, el mambo, el chachachá y el bolero. Este devenir cultural nuevayorkino se extendió con la banda pachanguera de don Tito Rodríguez, uno de los mejores intérpretes de los géneros caribeños de todos los tiempos.

La década de los años 60 es la década que cambió el mundo, al menos desde el punto de vista musical esto es totalmente acertado, y era tan vertiginosa la evolución de los ritmos y de las exigencias del público que ya para mediados de los 60 la pachanga, el mambo, la guaracha entre otros ritmos que explotaron las salas de baile, también comenzaron a  entrar en decadencia, ya estos ritmos no eran lo mismo, no tenían el mismo arraigo en la gente joven. Ellos preferían bandas pequeñas, con letras y ritmos sencillos como el rock and roll, gestado en Estados Unidos pero también en Europa, desde donde llegaron los Beatles a cambiar el curso de la historia de la música.
Ubicado en Broadway, NY.

Desde 1962 y la llegada de los 4 de Liverpool y su música muchos fueron los cambios que adquirió la música caribeña para poder sobrevivir, así nace una estupenda mezcla de son, giros en guajira y algo de rock and roll asincopado, lo bautizaron como bogaloo (bugalú) y vino a salvar a la industria del disco para esos años. En esta transición tuvieron muchos que ver Pete Rodríguez, Louie Ramírez, Richie Ray, Mongo Santamaría, Joe Cuba y Johnny Colón, solo por citar los más emblemáticos.
José Calderón "Joe Cuba".

Había necesidad de llegarle a la gente joven, la cual a la postre es la mayor consumidora de música en el mundo, con el ritmo bogaloo se gestaba una esperanza de que la música caribeña pudiera conquistar nuevamente el mercado anglosajón con sus letras en spanglish, pero no fue así. Este ritmo duró muy poco, fue simplemente una transición, una de tantas. Ya a finales de los 60 no tenía el arraigo del principio, quizás la estética musical del bogaloo era algo repetitiva y los grandes empresarios del medio no quisieron prestarle más atención, en referencia a los dueños de Fania Records (Masucci y Pacheco) este era un género pasajero, para ellos valía más la pena enfocarse en su All Star, la que desplazó cualquier experimento y se convirtió en la reina de la música afrocubana, tanto por su sello disquero como por las Estrellas de Fania, la más importante agrupación de Salsa que haya nacido en Nueva York.

Texto: Héctor Henríquez

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